La calidad de vida tiene su máxima expresión
cuando una persona tiene acceso a servicios de salud de calidad, educación, vivienda adecuada, empleo digno, seguridad, y un entorno social y ambiental saludable. También se relaciona con la satisfacción personal, el bienestar emocional y la realización de metas y sueños. En resumen, la calidad de vida se alcanza cuando una persona puede disfrutar de un equilibrio entre sus necesidades físicas, emocionales, sociales y espirituales.