Prisión de máxima seguridad
Una prisión de máxima seguridad es una instalación penitenciaria diseñada para albergar a los reclusos más peligrosos y violentos. Estas prisiones suelen tener medidas de seguridad extremadamente estrictas, como altos muros, alambradas electrificadas, torres de vigilancia, sistemas de cámaras de seguridad, y personal altamente entrenado.
En una prisión de máxima seguridad, los reclusos son sometidos a un estricto régimen de control y vigilancia las 24 horas del día. Se les asignan celdas individuales y se limita su contacto con otros reclusos. Además, su acceso a visitas, actividades recreativas y servicios es limitado.
Estas prisiones suelen albergar a criminales condenados por delitos graves, como asesinato, violación, terrorismo, tráfico de drogas, entre otros. El objetivo de una prisión de máxima seguridad es garantizar la seguridad de la sociedad y prevenir la fuga o el escape de los reclusos más peligrosos.