Su característica es la mínima cobertura y la máxima complejidad
Esta característica se refiere a un enfoque en el diseño de sistemas o estructuras que buscan minimizar la cantidad de elementos necesarios para cubrir una determinada área o función, al mismo tiempo que se busca maximizar la complejidad o sofisticación de dichos elementos. Esto puede aplicarse en diversos contextos, como en el diseño de redes de comunicación, algoritmos de optimización, arquitectura de software, entre otros.
En términos prácticos, esto significa que se busca lograr la máxima eficiencia y rendimiento utilizando la menor cantidad de recursos posibles, al mismo tiempo que se incorporan elementos complejos o avanzados para lograr un resultado óptimo. Este enfoque puede ser especialmente útil en situaciones donde se busca optimizar el uso de recursos limitados o maximizar la eficiencia en un sistema determinado.